jueves, 10 de junio de 2010

El final de la campaña 2003.

El menemismo encaró esta segunda etapa de la campaña apostando fuerte a la TV y a la prensa, mediante denuncias de complots, fraudes electorales y sembrando incertidumbre sobre el futuro del país en un eventual gobierno de Kirchner. La campaña del miedo ya había sido funcional a Menem en 1995, cuando inculcaba que de no ser reelecto colapsaría la estabilidad económica del "1 peso = 1 dólar" y quienes estaban endeudados no podrían cubrir sus obligaciones. Fue lo que se denominó entonces el "voto cuota".

Pero una campaña de miedo puede volverse un bumerang cuando el candidato se encuentra ubicado en la oposición, ya que todo temor cualquiera sea- hace más conservador al electorado volcándolo hacia el oficialismo. En los afiches y afichetas se lanzó slogans como "juntos vamos a cambiar la historia", "con Menem ganamos todos" y otro demasiado elaborado que decía "En vez de volver a cambiar por otro presidente débil, aprovechemos un presidente que cambió".

Pocos días después de la primera vuelta, unos afiches que manifestaban "Ahora Kirchner presidente" insólitamente parecían repetir el trillado slogan de Alfonsín en el '83. Por suerte duraron poco en la calle y fueron sucedidos por una feliz apelación aglutinante "Argentina unida", introduciendo un sutil pero beneficioso cambio tipográfico. Los motivos sostenían la línea gráfica de toda la campaña kirchnerista, de marcado tono institucional, con un límpido contraste entre el blanco y un celeste intenso.

De contrapartida, la suciedad continuó presente en las paredes con afichetas anónimas contra uno y otro bando. Resurgió el fotomontaje de "Chirolita", esta vez diciendo "Basta de De Las Rúas", en tanto "Menem almeja, se entierra con su propia lengua" parece haber sido la oscura respuesta callejera.




En la semana previa
la segunda vuelta, Menem resolvió levantar su candidatura (todas las encuestas le eran muy desfavorables) y Kirchner, tras haber resultado segundo en la primera votación, pasó a quedar consagrado presidente. Hubo un poco más de "propaganda sucia" (como las ingeniosas fajas "FUISTE") en tanto las pautas publicitarias existentes eran removidas de los medios, ya no quedaba nada para decir. Lo bueno y lo malo, todo había terminado.



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